Estamos ante la que probablemente sea mi reseña más difícil. Aquí, voy a hablar de un libro que me caló muy adentro.
Una historia oscura, pasional. Un microcosmos que engloba todos los distintos perfiles humanos y los coloca dentro de una misma historia.
El argumento: Un hombre rico y distinguido, El Señor Earnshaw, salva a un huérfano de la miseria y se lo lleva a su casa con el noble deseo de darle un hogar. Allí, es bien recibido por su hija Catherine, de la cual se hace muy amigo; pero el hijo, Hindley, siente que este extraño le ha robado el cariño de su padre y se ceba con él. Esta amistad se transforma en pasión y la pasión en amor así como la aversión en odio intenso. En sus vidas aparece la familia Linton, gente que, a diferencia de los Earnshaw, tienen una gran templanza y son capaces de mitigar sus pasiones. El guapo hijo de los Linton, Edgar, pronto se enamora de Catherine; sin embargo se enamora a ciegas, de su máscara, desconociendo su verdadero carácter. Heathcliff, tras la muerte de su padre adoptivo, es degradado por su hermanastro Hindley, quien le priva de los derechos humanos más básicos y universales. Debido a esta vida perra, el ya de por sí temperamental carácter de Heathcliff se torna diabólico. La impotencia de Heathcliff crece al ver como Los Linton le quitan su único consuelo, Catherine, porque ahora ella quiere casarse con Edgar por ambición y vanidad. Heathcliff huye y vuelve colmado de riqueza. Se presenta ante Catherine; sin embargo, ésta está muy equivocada al suponer el motivo que lo ha llevado de nuevo a ella, porque no ha vuelto para amarla, sino para vengarse de ella, de su marido y sus descendientes en una espiral de odio generacional.
Decir ''magnífica'' es decir poco para esta novela. Esta es una novela para gente a la que le gusta analizar personajes complejos, y que valoran más a un personaje profundo y coherente que a uno simpático. Aparece una sucesión de comparaciones; casi podríamos decir que se trata de una novela de contrastes. Mal y bien, lujo y miseria, amor y odio, etc; los personajes crean un rico tapiz de claroscuros que dan cabida a muchísimas reflexiones. Ésta es una novela grandiosa. Grandiosa por varios motivos: porque tiene un mérito muy grande que una persona tan joven haya podido describir la trayectoria de una persona durante su vida entera; grandiosa porque la sensación que brillaba más intensamente sobre las otras al cerrar mi libro era la abrumación, me daba la impresión de estar ante algo misterioso y majestuoso, una obra que rebosa magnanimidad continuamente. Esta novela es materia prima para los psicólogos o para cualquiera que sienta pasión por el ensayo, porque de ella se podrían hacer análisis verdaderamente exhaustivos. Es una obra única, redonda, espiritual y épica. Entiendo el escándolo que porovocó en la época en la que se publicó -siglo 19- porque ese mismo escándalo se produjo a menor escala dentro de mí. Una obra que trata el suicidio, la necrofilia, la violencia de género en ese siglo, el incesto y el adulterio tiene que alterar a cualquiera a viva fuerza. Es casi el único libro entre todos los que tengo en el que cada párrafo, cada hoja tiene un valor literario incalculable. Pocas veces una lee un libro libre de ostentación y de la necesidad de los escritores de fingir sentimientos, que desborda emoción en estado puro, emoción brutal y apasionada que en ningún momento deja descansar hasta que llega el oasis de las páginas finales, en el que una casi puede oír el sonido del viento y las luciérnagas sobre las tumbas de los protagonistas. Cumbres Borrascosas se debe leer una vez en la vida, por lo menos, y siempre que se pueda, releer. Porque no hay mayor galardón para un escritora/a que el haber escrito un libro tan sincero y que describa bien lo efímera e irónica que es la existencia humana como en este caso. Mi libro favorito.
10/10
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