sábado, 2 de julio de 2016

Reflexión sobre El Corredor del Laberinto y demás

Me cabrea, me jode, me mata grandiosamente que se desaproveche una buena historia. El Corredor del Laberinto, Las Pruebas y La Cura Mortal es un buen ejemplo de ello.
Aquí tenemos un buen ejemplo para cualquier escritor propenso a la observación de obras. Tú tienes esto: un argumento cojonudo que puedes desarrollar de mil maneras, todas ellas con el triunfo casi asegurado. Pero decides cagarla...bueno, no, no. No lo decides. Es solo que no sabes escribir, ni te acercas remotamente.
James Dashner escribe mal. Mal. No hay más, así es. Transmite bien lo que quiere transmitir, supongo, porque consigue que cada capítulo me enganche de la peor forma, en parte gracias a sus odiosos y abusivos cliffhangers. 
Dije: un buen argumento. Tú tienes un argumento original y decides ponerte a escribir. Tu empresa tiene el éxito en los talones si sabes explotar tu potencial. Ahora te hacen falta varios factores a considerar, pero no te importan porque sabes muy bien que casi cualquier lector se interesará en tu historia de primeras, así que porqué esforzarse en pulir los elementos de la historia que tu consideras superfluos aunque tienen igual relevancia porque tienes una buena base y eso es todo lo que te importa.


Te hace falta un buen protagonista. Los buenos protagonistas hacen que el lector empatice con ellos aunque sean unos cabrones de los grandes, pero prefieres darle un arquetipo súper manido. Bueno. Está bien para partir, se puede elaborar más adelante y para mostrarnos su evolución claramente y darle una personalidad te vale sin darte dolores de cabeza innecesarios. El problema es que Thomas no evoluciona. Digo Thomas, digo Todos. Ajá, yaya. Ningún personaje de ECDL evoluciona para nada. No digo en el primer libro; digo en TODA la trilogía. Con un primer volumen se es indulgente porque en la mayoría de los casos es introductorio. Pero joder no puedes escribir tanto sin plantearte que los personajes no son meros peones sino que se supone que debes hacer que se sientan reales para el lector que procura conocerlos. Son sosos, predecibles, aburridos, estúpidos, no valen nada. No me parecen humanos. 
Resumen express:
-Thomas es una mierda. No tiene carisma. No te da pena ni nada. No te hace gracia. No hace que lo quieras. No hace que lo odies. Te da igual, a tí a, a mí, a ella, a él, a ellos, a todo el mundo. Es una mierda de personaje con el que el autor no se moja, prefiere darnos un héroe aburrido en vez de un humano real y profundo. Perooo pa quÉ.
-Newt Minho, Gally. Tres en un tiesto igual. Según James Dashner para crear un personaje lo que debes hacer es darle dos rasgos de carácter, es decir: Newt- muchacho racional y agradable que gusta a casi todos- Minho-un chaval descarado y valiente que gustará a muchos lectores- Gally- un chico malo que le caerá mal a muchos lectores pero que en el fondo no es tan malo. End.
-Brenda es otro mojón del copón. Me produce indiferencia absoluta y total.
-El único que vale algo es Teresa. Es la única que tiene una personalidad muy interesante, es como si J, Dashner llevara a cabo algunas tentativas de hacerla profunda, redonda, aceptable; pero es como si lo hiciera de manera cohibida, es que no se define nada, no la comprendo, pero no porque sea compleja sino porque Dashner decidió no darle la carga dramática que se merecía el personaje, no se molestó en estudiar su psique. 
Para los que me conozcáis sabréis que no hay nada que valore más en una historia que unos buenos personajes. Y aquí no los hay.
Y si hay algo que me gusta casi tanto como un fascinante equipo de personajes, todos ellos cuidados con cariño, perfilados con esmero, hechos carne y espíritu dentro de mi cabeza, con motivaciones y miedos:  es una historia bien contada. Una historia bien contada lo salva casi todo, incluso aunque los personajes no sean notables. Pero es que ni eso y os voy a dar un ejemplo. Michael Grant es un hombre que escribe libros para adolescentes y por eso no se le da el mérito que debería. El hombre escribe de lo más simple,  de manera sencilla y con algunos momentos de grande intensidad. Pero el tío crea personajes y se los saca de la manga como un maestro. Poco, le importa un auténtico carajo salirse de lo que gusta, utiliza el arquetipo como base y ya, después se molesta en darle a sus personajes un alma y hace que por lo menos te importen un poco, vaya si lo hace. Por eso me parece un escritor con un par de huevos, que para estar metido en juvenil haga personajes así que no ves ni en las novelas para adultos, los hace complejísimos y nos hace un gran favor...muestra lo real. Muestra que es necesario tomarse la licencia de escribir sobre las vidas de personajes que sean muy creíbles, que sean humanos de verdad y que la frontera entre la oscuridad y la luz está terriblemente emborronada, tanto más en las personas. Y esto no es poco, pero por si se lo podría parecer a alguien tampoco se dedica enteramente a sus personajes ficticios sino que se molesta, ah, también en imaginar una buena historia bien contada, y cuando llegas al final te das cuenta de que Michael Grant creía firmemente que la relevancia de un libro no está en cómo se escribe, sino en cómo se cuenta y que lo que de veras le importaba era contarnos a todos una historia cojonuda con sus personajes inolvidables. 
Esto no son novelas bien imaginadas...son malas, así de simple. Otra cosa es que se te venden, siempre, como novelones que no son para nada tal. Vestirse de oro no es sinónimo de grandeza. Y a lo mejor puede que eso sea lo peor, que no son humildes, culpables: la publicidad, el markéting, lo que sea. 
No se puede pedir a un escritor que no se tome su historia en serio.
Y James escribe....pufffffffffff. A parte de que hace a veces observaciones innecesarias, saber..más bien poco. Pero es pasable. Gramaticalmente no carece de corrección. 
Pero en mi opinión no tiene ni idea de transmitir emotividad, aunque ya estoy convencida de que eso solo lo pueden hacer de verdad los escritores muy talentosos.
Son entretenidísimos, eso sí. Pero eso se lo debe solo a que fue capaz de encontrar una mina de oro, nada más, cuyo mérito por tal hazaña queda dudoso por la imprudencia de desperdiciarla torpemente.
Y es rabia...joder es que podría haber sido una historia brillante. Pero la pereza del autor, la inexperiencia, o sencillamente la incompetencia hicieron de LA TRILOGÍA DEL CORREDOR DE LABERINTO un verdadero fraude.
¿Y qué? ¿Qué es entonces?  Es un fantasma. El Corredor del Laberinto es la Historia que podría haber sido grande y se quedó en decente. Es humo que te venden como si fuera oro, cuando en realidad es un jodido chiste. Es un fantasma...elijo quedarme con la historia que yo imaginaba y no con la que verdaderamente fue. 



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